El político angoleño Abel Epalanga Chivukuvuku garantiza que se presentará a las elecciones de 2022, a pesar de que el Tribunal Constitucional (TC) no ha logrado legalizar su nuevo proyecto político, PRA-JA – Servir Angola, mientras que, por ahora, dice que integrará el autodenominado Movimiento Revolucionario.
Entre tanto, recurrirá, una vez más, al Tribunal Constitucional (TC) para que se legalice su nuevo proyecto político.
Para 2021, Chivukuvuku dice que está preparando una serie de demostraciones.
El optimismo de Abel Epalanga Chivukuvuku de postularse a las elecciones de 2022, incluso después de la última “pista” del Tribunal Constitucional (TC), según fuentes cercanas a él, proviene de que se encuentra en negociaciones avanzadas con el Partido de Salvación Nacional ( PNSA), liderado por Sikonda Lolendo Alexandre, quien es parte de CASA-CE, la coalición fundada por Chivukuvuku.
En una manifestación el pasado sábado 19, en Luanda, contra la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de no legalizar su formación política, Chivukuvuku anunció que “a partir de hoy, sepan que yo también soy revú”, nombre atribuido a los autoproclamados miembros. Movimiento revolucionario.
Sin embargo, sigue confiando en la legalización de su formación política y garantiza que enviará otro recurso de apelación al Tribunal Constitucional (TC).
“PRA-JÁ existe, PRA-JÁ existirá siempre y nos presentaremos a las elecciones de 2022”, asegura Abel Chivukuvuku, que anuncia un año de manifestaciones en 2021, de cara a las elecciones del año siguiente
“En 2022, el pueblo tiene que dar jaque mate al MPLA y demostrarle a nuestro hermano João Lourenço que el soberano es el pueblo y no él”, defendió en la manifestación en la que participaron políticos vinculados a UNITA, CASA-CE y el Bloque Democrático.
Con una dilatada trayectoria política, Abel Chivukuvuku abandonó la UNITA por desacuerdos con el presidente de ese partido, Isaías Samakuva y, en 2012, el político fundó CASA-CE, que lo destituyó el año pasado por un presunto abuso de confianza.
“Ahora soy revú”, dice ese político angoleño